Año: 1953, Fallos: 227:343 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina

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DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 313 i del mismo modo. Diversas son las solemnidades que los presiden, según sea su naturaleza: hay un procedimiento para causas civiles, otro para procesos eriminales, otro distinto también para procesos militares, ete...; y aún dentro de las grandes divisiones existen diferentes formas de juicio: juicios ordinarios, interdictos, quiebras, procesos de acción pública, querellas por delitos de acción privada, ete...

Sin duda, todos estos procedimientos aseguran el derecho de defensa, desde que las leyes que los establecen tienden, entre otros objetivos, al fundamental de hacer efectivas las garantías que consagra el art. 29 de la Constitución Nacional. Pero, elaro está que habiendo sido cada uno de ellos arbitrado, y adecuado en consecuencia, a las especiales características del pleito que deben regir, no pueden servir para regular indiseriminadamente cualquier juicio. De ahí, que en mi opinión sólo pueda considerarse respetada la garantía de la defensa cuando ella se ha ejercitado de acuerdo a las formas y solemnidades que las leves establecen para la clase de juicio que corresponda según la naturaleza de las cosas, sobre todo cuando se trata de aplicar procedimientos restrictivos o más rigurosos, Un ejemplo ilustrará, mejor que nada, cuál es el enfoque del caso desde este punto de Vista: supóngase ue un juez en lo criminal del fuero común decidiese juzgar a un civil sometido a su jurisdicción de acuerdo con las normas procesales del Código de Justicia Militar en lugar de hacerlo conforme a las que establece el Código de Procedimientos en lo Criminal. Ninguna duda enbe que ambos códigos son válidos en sus respectivas esferas de acción, pero —y en esto radica el problema— ¿debe reconocerse en tal caso y a favor de ese ciudadano la existencia, con aleznee constitucional, del derecho

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